En su intervención durante el Sínodo Amazónico Mons. Robert Flock planteó el tema de las vocaciones y el matrimonio en el Ecosistema Eclesial, como un tema que afecta a la realidad de todos los pueblos.
Amazonizar Bolivia 12.10.19// Mons. Robert Flock, Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, tuvo su intervención el primer día de las congregaciones generales del Sínodo, el tema que el planteo sale de la realidad que él ha vivido como misionero en Bolivia y trata el tema del matrimonio y las vocaciones sacerdotales.
En el tema, el Obispo habló sobre la dificultad del compromiso por una falta de comprensión sobre el sacramento del matrimonio y la vocación sacerdotal, “Adán y Eva fueron unidos por Dios, pero no casados por la Iglesia.”, ejemplificó a tiempo de ayudar a entender que el hombre y la mujer son unidos por Dios y proponiendo que en la Iglesia se valore esta unión asegurando que “la indisolubilidad ya está en el hombre y la mujer, lo que el sacramento pone es el misterio Pascual”.
Dentro de la propuesta concreta de Mons. Flock, se expone el valorar y enseñar mejor sobre el sacramento y de esta manera tener una ecología más sana: “si la ecología de la iglesia no está bien perdemos vocaciones (por su puesto es Dios quien llama), pero en qué medida los jóvenes escuchan esta llamada. Si el sistema eclesial está dañado, deforestado de familias sanas, contaminado con ideologías anticristianas, en otras formas dañas y desequilibradas por las realidades que vivimos hoy” señaló.
“Aunque ordenáramos a viri probati para el munus santificandi en las zonas remotas, los adultos generalmente no podrán comulgar por permanecer concubinados.”, dijo durante su intervención buscando poner mayor atención este tema del matrimonio y las vocaciones como parte de la Ecología Integral que se viene tratando durante el Sínodo.
Así mismo el obispo menciona que muchas voces han repetido en diferentes oportunidades durante las congregaciones generales del Sínodo su preocupación por el cuidado del medio ambiente, reclamando sobre la economía extractivista que no respeta el medio ambiente y no reconoce el cuidado de la Casa Común.
Compartió que en la Diócesis de San Ignacio de Velasco se han perdido más de 3 millones de hectáreas por los incendios y que hay asentamientos sin consentimiento, pidió poner la mirada en estos temas y solidarizarse con las manifestaciones sociales, como fue el caso de la marcha indígena en su territorio.
Aseguró que el Papa al elegir un Sínodo de la Panamazonía ha puesto la periferia en el centro de la Iglesia y en el centro del mundo, como también lo ha escuchado decir de otros padres sinodales y en este Sínodo se esta escuchando la voz de los pueblos, pero también la voz del Espíritu Santo, “que nos esta hablando de la importancia de nuestra partecita del mundo, de nuestros pueblos y de la Iglesia en medio de todo esto”, finalizó.
A continuación compartimos la intervención de Mons Robert Flock en el Sínodo para la Amazonía:
«Vocaciones y Matrimonio en el Ecosistema Eclesial»
Al igual que la Amazonía, la Iglesia es un complejo ecosistema con una biodiversidad espiritual maravillosa manifestada en sus variadas comunidades, expresiones culturales, formas de vida consagrada, ministerios, etc. Aun reconociendo la presencia y acción del Espíritu Santo, podemos observar que la Iglesia sufre daños y desequilibrios ambientales.
Como el magnífico jaguar enfrenta extinción por la destrucción de su hábitat, el ecosistema eclesial ya no logra suscitar y sostener suficientes vocaciones sacerdotales y religiosas.
Hay una especie de deforestación de la cultura católica; contaminación de los valores culturales, con incendios e inundaciones anti cristianos. Es una crisis de evangelización que agudiza todas las angustias de la Amazonía.
Un aspecto de la “ecología eclesial” que nunca llegó a consolidarse es el Santo Matrimonio, realidad que no fue analizada en Medellín, Puebla, Santo Domingo, tampoco Aparecida. Pues la gran mayoría de las parejas en América Latina no se animan a casarse por la Iglesia, incluso en mi Diócesis, heredera de las exitosas misiones Jesuíticas de Chiquitos, hoy comunidades católicas de fe viva e inculturada.
Aunque ordenáramos a viri probati para el munus santificandi en las zonas remotas, los adultos generalmente no podrán comulgar por permanecer concubinados.
Detrás de esta situación hay una catequesis deficiente. La gente cree: “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” (Mc 10,9; Mt 19,6); entonces no celebra el Sacramento, para evitar un compromiso que no confía cumplir.
¿Acaso esta enseñanza de Jesús no vale para los concubinados? Pues Adán y Eva fueron unidos por Dios, pero no casados por la Iglesia. Con este principio, Jesús defiende, como parte de la ecología integral de la Creación, la dignidad del varón y de la mujer, que no son desechables, especialmente en su intimidad sexual. Es con su muerte y resurrección, que Jesús eleva el Matrimonio a la dignidad del Sacramento.
El Sacramento ofrece algo más que indisolubilidad, algo que no hemos anunciado a nuestros pueblos: el Matrimonio es la integración de la sexualidad conjugal y de la vida familiar en el Misterio Pascual. Esto tenemos que profundizar y proclamar.
No quiero imponer el Matrimonio a gente que no lo quiere celebrar, sino ayudar a las parejas a encontrar en el Matrimonio sacramental la Buena Nueva, en vez de una carga pesada. Creo que esto contribuirá a sanear nuestro ecosistema eclesial, a promover una ecología integral y a suscitar las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales que necesita el pueblo de Dios.
Sínodo Pan Amazónico
Intervención de Mons. Robert Flock
Obispo de la Diócesis de San Ignacio de Velasco, Bolivia