Repam-Bolivia.- Doña Rosa Cruz, de unos 60 años, se aloja en casa de uno de sus vecinos desde hace tres meses. En enero de este año, el río ingresó con fuerza a su vivienda y se llevó muebles, electrodomésticos y muchas otras de sus pertenencias. “Lo que pudimos hemos sacado”, dice aún con la pena por todo lo que perdió. Hasta abril esperaba que sus pisos y paredes sequen, para retornar a su hogar. Su casa es una de las tantas afectadas por la fuerte inundación que golpeó a Cangalli, comunidad de Tipuani ubicada en el norte de La Paz.
En Cangalli viven 150 familias, muchas de las cuales construyeron sus viviendas a orillas del río. Pese a que ya pasaron tres meses desde que una de las mayores inundaciones golpeara la comunidad de Tipuani, al caminar por sus calles (en abril de 2023) todavía se ven infraestructuras destrozadas o inundadas.
Hasta abril de este año, las viviendas sociales estaban anegadas, después de la inundación de enero. Foto: William Ojopi (Red de Comunicadores por la Casa Común).
En los últimos años, el río Tipuani sufrió cambios del curso de su caudal debido al trabajo de los mineros cooperativistas para encontrar oro, ese metal tan preciado por su alto valor. Por ello y por otros factores, son frecuentes los desbordes de su caudal en época de lluvias.
Por donde se camine se nota algún rastro de las afectaciones de la riada. Llama la atención, por ejemplo, el nivel del río en relación con el puente Cangalli, ingreso a Tipuani. Esta infraestructura fue construida en la década de los 80 con una altura de entre 10 y 15 metros, pero ahora no llega ni al medio metro de distancia del agua. Los comunarios cuentan que de noviembre de 2022 a febrero de 2023 hubo varios días en que el afluente sobrepasaba la plataforma.
El nivel del río llega a pocos centímetros de la base del puente, que está al ingreso de Tipuani. Foto: William Ojopi (Red de Comunicadores por la Casa Común).
Cangalli fue el primer asentamiento minero de este sector y fue creada como comunidad en 1954. Cerca de ésta se asentaron los demás campamentos auríferos, y con todos ellos se creó el municipio de Tipuani, en 1986.
Tan solo en la comunidad operan al menos 25 cooperativas, una de ellas perteneciente a Cangalli, informa el dirigente del lugar, Cristian Romeo. Aunque él es cauteloso con sus declaraciones, y admite que el cambio del cauce del río ocasionado por las explotaciones mineras es uno de los motivos de las inundaciones. Resalta que, al ser Tipuani un municipio netamente explotador de oro, no se puede evitar esta actividad.
“Si no hay minería, este pueblo se muere. No es como Caranavi (municipio a cuatro horas de distancia) o como otros lugares, donde la gente vive de la agricultura”, dice.
Romeo explica que, por falta de recursos, la Alcaldía de Tipuani no tiene la capacidad de atender los efectos de las inundaciones, por lo que son los mismos cooperativistas los que se hacen cargo de la situación. Asimismo, recuerda que los mineros firmaron un documento en el que se comprometieron a levantar un muro de contención al borde de la comunidad para evitar futuros desbordamientos.
Cristian Romeo, dirigente de Cangalli. Foto: Karen Gil.
A unos metros de las viviendas, cerca de la carretera, la actividad minera no cesa. Una pala saca la tierra del cerro y esta es llevada en una volqueta a uno de los pozos al lado del río. Allí la depositan para que luego puedan separar el oro de los sedimentos.
Al igual que en otros lugares, en Tipuani es normal ver lagos artificiales que las cooperativas perforaron alrededor del río, donde separan el oro de la tierra. Por ello, la ribera del río no se distingue, y es difícil ver dónde inicia el afluente
Aún se ven las raíces de los árboles que crecían en este cerro, de donde ahora se busca oro. Foto: Karen Gil.
Las inundaciones y sus efectos
Cangalli no fue la única comunidad afectada por las inundaciones. De acuerdo con datos del Gobierno Autónomo Municipal de Tipuani, 500 familias fueron damnificadas y muchas de estas deben ser relocalizadas. Sus casas, hoy dañadas por las riadas, no sólo no son habitadas, sino que, al estar tan cerca del río y de los pozos de las minas, son vulnerables a ser nuevamente afectadas.
Dadas las circunstancias, la Alcaldía y las cooperativas analizan la posibilidad de trasladar Cangalli, y otras comunidades aledañas, a sitios más elevados.
“Estamos viendo un proyecto para construir en un lugar más alto. Sabemos que (las afectaciones) recién están empezando, por eso queremos hacer terrazas y el puente (nuevo de Cangalli). Eso estamos trabajando con la Central de Cooperativas de Cangalli”, asegura el alcalde de Tipuani, Fernando Vera, quien también es minero cooperativista.
Alcalde de Tipuani, Fernando Vera. Foto: Karen Gil.
La otra localidad que fue severamente afectada por las inundaciones fue Chima, que queda a 45 minutos del centro de Tipuani, hacia el oeste. Desde la entrada a la comunidad se ve el techo del tinglado de uno de los centros deportivos: la mazamorra cubrió la mayor parte de la infraestructura.
Al igual que Cangalli, en esta localidad las viviendas aún están anegadas y muchas familias esperan que sus casas se sequen. Acá la relocalización es una opción para los damnificados, pero no todos están de acuerdo con ello. Muchos se resisten a dejar sus viviendas, que están al borde del río.
“Lo que pedimos y queremos es la reubicación de Chima a la parte de arriba. Hasta nuestro colegio está peligrando, ¿qué va a pasar de tres a cuatro años? El desmonte va a subir, cada riada que hay arrastra el desmonte. No podemos hacer nada”, asegura Plácida Sánchez, secretaria de relaciones humanas de San Juan de Pantani, de la localidad de Chima.
Tipuani, municipio aurífero
Al haber nacido alrededor de los campamentos mineros, Tipuani ha sido testigo de la evolución de la explotación del oro en la zona. Hasta la década de los 90, la mayor parte de los cooperativistas buscaban el mineral de forma convencional (es decir, en socavones), pero de a poco empezaron a intervenir los ríos. Con el tiempo, y gracias a la incorporación de maquinaria pesada, la búsqueda del mineral se extendió a la base de los cerros.
Casi todos los habitantes de esta localidad viven alrededor de la actividad aurífera. Según datos de la Alcaldía, de los 10.000 habitantes, el 92% está involucrado directa o indirectamente, ya sea como cooperativistas, trabajadores de apoyo o barranquilleros, en la minería. Estos últimos son los que están debajo de toda la cadena, pues son los que rescatan el oro menudo, que la maquinaria o los cooperativistas no pueden recuperar.
Las empresas permiten que a mediodía ingresen los barranquilleros en busca de oro. Foto: William Ojopi (Red de Comunicadores por la Casa Común).
Además, las actividades comerciales y de transporte están alrededor de la minería.
Por sus características, Tipuani no se ha dedicado a otras actividades de forma sostenida. Si bien hubo algunos intentos, y actualmente la Alcaldía promueve el proyecto de cría de pacús y turismo, los ingresos para sus habitantes provienen de la extracción del oro.
Entre tanto, el GMAT informa que casi toda la región de Tipuani está concesionada, lo cual queda evidenciado en el mapa que muestra la presencia minera en el municipio hasta el año 2022, elaborado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada.
Fuente: Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada, con datos a 2020.
Las afectaciones al río
El río Tipuani sufrió cambios en su cauce. Foto: Karen Gil-REPAM Bolivia.
En Chima y en otras comunidades de Tipuani, las familias se asentaron cerca del río, y en muchos casos sobre este. Plácida Sánchez cuenta que a los pobladores les interesaba estar cerca del oro extraído.
“El río antes no venía por donde ahora es (…); por ejemplo, el río venía por este rincón (señala hacia la izquierda, sobre la comunidad). Por hacer una población lo han arrinconado, han cambiado el cauce. El río vuelve por su curso”, afirma la dirigente.
El afluente ya no tiene la misma apariencia de hace cuatro décadas. Las imágenes satelitales históricas reflejan que entre 1984 y 2022 el río Tipuani sufrió varias alteraciones, como la ampliación de su ancho y el cambio de su cauce. Las transformaciones más visibles se dieron, principalmente, desde 2005. Las imágenes dan cuenta de cómo alrededor de este río se deforestó y se habilitaron espacios para la minería.
El río no solo sufrió alteraciones en su anchura, sino que también en su profundidad. Gracias a los sedimentos que se fueron acumulando a lo largo de estos años, la base es cada vez más alta.
El Alcalde asegura que esto se debe a que este afluente recibe también sedimentación en la parte alta de los campamentos mineros que están instalados en el municipio aledaño de Sorata, donde, principalmente, se explota oro en vetas.
Tanto el Alcalde como los cooperativistas admiten que también hubo una descarga de la tierra por parte de las cooperativas de Tipuani. La autoridad edil asegura que ya se emitió una normativa municipal que prohíbe desechar los sedimentos de los cerros en los ríos.
Jhonny Saavedra, presidente de la Central de Cooperativas Mineras Auríferas Tipuani, que aglutina a 16 cooperativas, explica que la acumulación de los sedimentos se debe al trabajo minero realizado durantes estos últimos 70 años, y aclara que actualmente los cooperativistas no desechan en el afluente. Por su parte, asegura que las cooperativas ayudaron con la construcción de contención para que la subida del río no afecte a la población, como sucedió hace dos años.
Un minero de Chima, quien pidió mantener su nombre en reserva para no recibir represalias, explicó que desde hace algunos años ya no echan la carga mayor de tierras al río, pero sí la carga menor.
Deforestación y pérdida de cerros
El Alcalde afirma que el desmonte es uno de los grandes problemas en Tipuani. Foto: William Ojopi (Red de Comunicadores por la Casa Común).
Los caminos improvisados y con baches complican el recorrido en las comunidades que están más adentro del centro del poblado. Ni bien se sale de la capital, se evidencian los rastros de la minería: grandes hoyos, de unos 10 a 15 metros de profundidad, y de al menos 30 metros de ancho, se completan con los cerros desmontados. En estos lugares la maquinaria no da tregua. Incluso una retroexcavadora opera al borde de lo que ahora es un cerro y debajo, a unos 30 metros de distancia, los barranquilleros buscan oro.
El alcalde Vera reconoce que los desmontes son la mayor afectación de la minería en Tipuani debido a la remoción y al movimiento de carga con maquinaria pesada. Por ello, explica que, en varios momentos, por ejemplo, en la parte de arriba del municipio “cerros enteros se han caído”.
Los comunarios dicen que, si bien les preocupa esta situación, mucho no se puede hacer porque los habitantes del municipio viven de esta actividad. “Hay mucha gente que vive de eso”, asegura el dirigente de la Federación Regional de Cooperativas Mineras Auríferas del Norte de La Paz (Fecoman).
Muy similar a lo que ocurre en los bosques alrededor del río Madre de Dios, en la Amazonía de Perú, el área verde de Tipuani fue reemplazada por huecos llenos de agua o espacios deforestados donde el trabajo de la maquinaria no cesa.
La remoción de tierra es tan intensa que en muchos casos se ven huecos profundos. Foto: William Ojopi (Red de Comunicadores por la Casa Común).
Para Alfredo Zaconeta, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) y especialista en minería, la actividad con maquinaria pesada que se realiza en la zona puede ser considerada minería a cielo abierto; es decir, que se desarrolla en la superficie del terreno. El especialista aclara que, para la realización de este tipo de explotación se requiere de planificación, con el fin de contrarrestar los impactos ambientales.
“Se puede considerar a cielo abierto, pero no con todas las previsiones técnicas que debería tener; por ejemplo, lo que vemos en las imágenes (de Tipuani). No se puede apreciar que haya algún tipo de control o mitigación ambiental, parámetros que se exigen para este tipo de minería”, asegura Zaconeta.
El investigador destaca que hay una improvisación de minería a cielo abierto, con una contaminación extrema no sólo por el uso de mercurio, sino también por aceites y combustibles de la maquinaria que se derraman en los ríos, y que afectan la flora y fauna de la zona.
Los mineros argumentan que es necesario llevar a cabo remociones con maquinaria, debido a que ya no se encuentra la misma cantidad de oro que en décadas pasadas, como ocurrió, por ejemplo, en los años 90. Estas actividades son posibles gracias a acuerdos con empresarios, ya que, como explica Saavedra, se requiere de inversiones privadas. De acuerdo con datos proporcionados por la Alcaldía, la mayoría de los inversionistas provienen de otras regiones del país, e incluso existen tres empresas chinas que operan en el municipio.
Para el asambleísta departamental de La Paz Israel Alanoca, las afectaciones que causan las maquinarias vulneran los ecosistemas. Alanoca recuerda que los mineros son responsables de mitigar los impactos ambientales negativos, y de remediar y rehabilitar las áreas explotadas, tal como establece la Ley de Minería y Metalurgia.
Y ¿el mercurio?
Los mineros aseguran que, debido a que no realizan explotación de oro en vetas, no requieren usar mercurio, metal altamente tóxico y que es desechado en ríos, lo que contamina las aguas y los peces.
“Nuestro oro es pepa; no necesitamos mercurio”, dice Vera en el despacho edil, mientras hace gala de un dije de oro que cuelga de su cuello, y que se complementa con un anillo, del que se destaca una gran piedra.
La autoridad asegura que la minería cooperativista que trabaja en los ríos o cerros no necesita este metal tóxico. Asimismo, la autoridad explica que lo poco que se usa de mercurio solo se usa en los lavaderos.
“Siempre hay polvo y orito ahí se usa, pero en las oficinas, pero es mínimo el uso de mercurio”, dice.
Si bien se registró contaminación en el río Tipuani, la autoridad asegura que se debe a las cooperativas de Sorata y que sí usan este metal. El investigador de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, confirma que por el tipo de minería que se realiza en Tipuani no se requiere uso de mercurio.
Dos mujeres que trabajan en la barranquilla contaron que ellas sí emplean mercurio para recuperar granos de oro, y que no tienen medidas de seguridad necesaria, lo que pone en riesgo su salud.
Una mujer busca oro en un lavadero de forma artesanal. Foto: Karen Gil-REPAM Bolivia.
Pocos ingresos para el municipio
Los comunarios y los dirigentes entrevistados coinciden en afirmar que el municipio de Tipuani no ha tenido mejoras en los últimos años; al contrario, tiene muchas deficiencias. La difícil situación se siente, principalmente, cuando ocurren desastres naturales que afectan a la comunidad.
Un paseo por el centro de Tipuani da cuenta de la evidente precariedad. Con excepción de las cuadras alrededor de la pequeña plaza, las calles no cuentan con adoquinado o asfaltado. En la avenida paralela, los conductores de autos tienen que hacer maniobras para transitar. A esa escena le acompaña la basura, que abunda en las calles por la ausencia de contenedores de desechos.
En las comunidades la situación empeora. Por ejemplo, Cangalli no cuenta con un centro de salud, y el que hay en el municipio tiene que atender a los 10.000 habitantes.
Según datos de Vera, la Alcaldía recibió Bs 850.000 en 2022 y este año contará con Bs 1.800.000, por regalías mineras, que son los montos de compensación a los municipios donde se realiza la explotación (15% del total de lo vendido; el resto se va a la Gobernación). Este monto será destinado, principalmente, a salud y a educación.
Pese a que Tipuani es el tercer proveedor de oro de la provincia Larecaja, las regalías que recibe son mínimas. Esta situación se da, principalmente, debido a que el Estado recibe tan solo el 2,5% de lo exportado; es decir, de los 3.073 millones de dólares que se ganó el año pasado, el país se quedó con poco más de 60 millones, el resto se quedó en manos privadas, principalmente, de las cooperativas.
Al respecto, el investigador Zaconeta explica que en lugares como Tipuani, donde se realiza la explotación con maquinaria pesada y que requiere mayor inversión, los mineros debieran pagar el 7% y no el 2,5% por regalías. Asegura que el pago menor es solo para las cooperativas que realizan minería marginal y artesanal.
Según información de la Secretaría de Minería de la Gobernación de La Paz, brindada por el asambleísta departamental Israel Alanoca, en 12 años Tipuani recibió Bs 157.606.498. Pese a ello —dice la autoridad, quien visitó a inicios de este año— el municipio no luce como un lugar donde se explota el metal más caro del mundo.
Explica que el municipio ni siquiera cuenta con una planificación urbana adecuada: “En Tipuani, un municipio aurífero, hemos visto que la urbanización está totalmente destruida”.
Entre tanto, los habitantes del Tipuani no ven otra forma de generar recursos a través de la explotación del oro, que le dio al municipio más sombras que luces.
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* Escrito por: Karen Gil, con reportería adicional de Arnaldo Muiba, de la Red de Comunicadores por la Casa Común.
Fotografías: Foto: William Ojopi (Red de Comunicadores por la Casa Común).
*Este reportaje se realizó con el apoyo de Conservación Internacional Bolivia.