En el corazón de Bolivia, la Chiquitanía es un santuario de vida silvestre y hogar de comunidades indígenas que han cuidado estos territorios durante generaciones. Sin embargo, este paraíso natural está siendo devastado por la agroindustria: fumigaciones con agrotóxicos, deforestación masiva y el represamiento de ríos están destruyendo su equilibrio ecológico.
¿Qué está pasando?
Deforestación y monocultivos: La expansión de la agroindustria ha eliminado millas de hectáreas de bosque.
Uso indiscriminado de agrotóxicos: Las fumigaciones afectan no solo al suelo y el agua, sino también a la salud de las comunidades.
Ríos y arroyos desapareciendo: Empresas agropecuarias bloquean el flujo de agua, dejando a los pueblos indígenas sin acceso al recurso más vital.
Afectación en la salud: Alergias, enfermedades respiratorias y problemas crónicos están aumentando, especialmente en niños y mujeres embarazadas.
¿Y el Estado?
Las comunidades han denunciado esta crisis, pero las autoridades han sido indiferentes. La falta de regulación y control sobre estas actividades sigue permitiendo la destrucción del territorio.
¡Es hora de actuar!
🔹 Exijamos regulaciones más estrictas.
🔹Defendamos los derechos de las comunidades indígenas.
🔹 Denunciamos y compartimos esta realidad para generar presión social.
La Chiquitanía no puede esperar más.